Postración

Sigo soñando, sigo esperando. Esperando el día en que las cosas del pasado hayan quedado justamente allí, y el dolor relativo a ellas no sea más que materia del olvido. Sigo soñando, sigo esperando el día en que pueda mirarte a los ojos y no encontrar nada más que paz y cuando tú podrás hacer lo mismo.



Cualquier otra cosa fuera de esta espera resulta insensata, más la espera tiende a ser longeva y mis brazos se quiebran con el pasar de tantas horas, de tantos sueños, de tantas lagrimas por lo perdido en las arenas del tiempo y del azar.



Habremos perdido el juicio y toda cordura al despertar aquella mañana y echarlo todo por la ventana, en tan triste y amarga escena de la miseria que hoy día tras día nos espera en esta larga y ardua espera envuelta en sueños, lagrimas, penas, esperanzas y nada más que espera a final de cuentas.



Sigo soñando, sigo esperando ese día en que todo rencor, coraje y heridas se tornen en aquello de lo que esta hecho el olvido y tú, mi pasado siempre tan presente puedas brillar al filo del amanecer de un nuevo día. Mi pequeña soledad, la amargura de estas noches en que nada más que tú y esta espera tienen sentido, pues, ahora mismo tras unir cada una de estas letras toda palabra carece significado.



Puedes creer también en ese día, más no lo sabré sino hasta que este finalmente algún día llegue, pero vaya que es horrible dejarlo en manos del destino mismo que me tiene en esta espera, la vida, la vida parece ser más cruel que bella algunos días, me pregunto, será mujer…



Mientras espero y el cuerpo de mi pequeña se llena de ronchas no puedo hacer más que soñar que mis brazos la consuelan y todo dolor se desvanece al acercarse el amanecer.



Sigo esperando, soñando que ella espera y al despertar me encuentra.