Postración

Desperté un sábado por la mañana, alegre, sin razón ni motivo alguno para ello, simplemente me deje llevar por la embriaguez que me era producida por ese curioso sentimiento y sensación de bienestar. Todo seguía allí, nada había cambiado, no había duda alguna en mi de que así fuera, sin embargo, sencillamente aquel día no podía darle la misma importancia que en días anteriores había hecho, sólo las dejaba escurrirse de mi mente, era como haber adoptado la naturaleza misma del teflón y la alegría que eso conlleva.



Dios!, en verdad que todo era tan sencillo, no existía motivo alguno por el cual yo debiera llevar la sangre por fuera, vivir se había vuelto suficiente recompensa y yo me mostraba dispuesto a recibir sus encantos y frutos, fueran los que fueran estos pequeños regalos del porvenir.

Ahora no tengo la menor duda de que fue entonces cuando debí haberme volado los sesos y finalmente poner a descansar a esta vieja bestia de carga de la amargura del día a día. Siempre será fácil y lo mejor que uno puede en realidad llegar a hacer, retirarse a la primera aparición o señal de satisfacción y alegría de la plenitud. Continuar una vez que las cosas son así sólo puede traer consigo la posibilidad de echarlo todo a perder y la inevitable apertura de la puerta al universo de las consecuencias.



Siempre parece que dejamos escapar estos valiosos momentos, tan especiales y propios para la partida. Típicamente nos dejamos engañar por las paradojas que la vida y el destino confabulan en nuestro honor.
Tristemente aquellos que deciden ponerle un alto a tan siniestro juego de azar, lamentablemente, lo hacen con un mal sabor en la boca y bañados por las frías aguas de la miseria. Qué insensatez más grande puede existir. Enorme es la tristeza que deja el saber que nos han abandonado llevando consigo un gran costal repleto de dolor y rencores, y no deseandonos lo mejor para nosotros que seguimos engañados y a ellos mismos que van por el camino incierto hacia aquel lugar más allá de lo desconocido. Qué esperanza puede tener uno de que en ese momento sobre su rostro sólo se encontrara una bella sonrisa o de ser así qué certeza puede tener uno de que esta fuera real.